domingo, 31 de enero de 2016

TEXTO ARGUMENTATIVO


  • Internet: ¿bueno o malo?


El Internet es una herramienta que hoy en día usa todo el mundo, pero seguramente habrá leído, oído o incluso pensado que Internet no es ni bueno ni malo; que lo bueno o malo es el uso que se haga de esta tecnología, de cómo o con quién se relacione, comunique, informe o divierta. pero esto es cierto a medias.
Es cierto que el uso que se haga de Internet puede ser bueno o malo, Sin embargo, no es cierto que,  Internet sea algo neutro, no dudo que estas tecnologías de la comunicación, la información, el entretenimiento, etc., que han llegado para quedarse, ofrecen muchas oportunidades y han permitido desarrollar y potenciar algunas capacidades del ser humano. Pero tampoco dudo que se han aumentado bastantes riesgos y están disminuyendo o anulando otras muchas capacidades, aunque sobre esto último se hable y se escriba muy poco.

La mayoría nos afectan a todos, aunque no seamos conscientes de ello. Otros son especialmente dañinos en aquellos individuos que carecen de una conciencia bien formada o no han desarrollado adecuadamente las virtudes fundamentales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.

Esta misma filosofía de quitar sobre los aspectos positivos mientras se minimizan los efectos negativos es la que aparece en la mayoría de los informes, estudios o trabajos que se han publicado en la última década, con la pretensión de conocer la relación de niños, adolescentes y jóvenes con la tecnología digital e interactiva.
La parte negativa de internet:

En muy pocos medios los expertos hablan o escriben claramente sobre estos efectos nocivos, quizá acomplejados ante la posibilidad de que les tachen de tecnófobos, alarmistas o reaccionarios, quizá temerosos de perder las ayudas económicas con las que seguir financiando sus estudios y publicaciones. Y si alguna vez expresan alguna opinión negativa, tratan de edulcorar el mensaje de tal manera que pierde fuerza y, por lo tanto, eficacia preventiva. Así, por ejemplo:

-Se intenta quitar importancia a hechos tan graves como el ciberbullying, alegando que el porcentaje de menores afectado es pequeño o que este problema ya existía antes y que ahora sólo cambia la forma de ejercerlo: "¿A quién no le han pegado o insultado en el colegio?, ahora te insultan en las redes sociales", dicen. Como si no fuera un drama infinito que un solo niño sufriera debido al inadecuado uso de la tecnología digital.

-Se justifica como algo natural el acceso de niños y adolescentes a páginas para adultos, atreviéndose incluso a escribir que es un hecho deseable porque así el niño satisface su curiosidad y se informa sin miedos o prejuicios.

-Se alega que no existe la adicción a estos medios. Se concluye que la obsesión por estar permanentemente conectados, a todas las horas y en todos los lugares, es tan solo un abuso transitorio, poco preocupante y muchas veces debido a una inadecuada dinámica familiar.
FIN